jueves, 14 de junio de 2012

MODELOS

El trabajo de modelos no es mi punto fuerte.
No es mi pasión pintar modelos. Me gustaría saber hacerlo, pero con el mismo interés que me gustaría haber aprendido la formulación orgánica o resolver integrales. Es un interés curioso, sin mucho más trasfondo. 

Comprendo perfectamente la utilidad de estos ejercicios, es necesario aprender a representar la figura humana porque eso va a ayudarme, y mucho, a la hora de representar otros elementos. Sin embargo, teniendo en cuenta la línea que yo suelo seguir en cuanto a color, no casa demasiado bien con este objetivo.

Este es mi primer cuadro de modelo de este cuatrimestre, donde hice lo que suelo hacer, con mis fallos y mis aciertos. Comencé pintando sobre el cartón sin ningñun tipo de imprimación y, después y siguiendo el consejo de mi profesor Emilio Zurita, unté el soporte con ajo, para impermeabilizarlo y que no absorbiera tanto el aceite del óleo. Creo que en algo fallé con este procedimiento, puesto que no conseguí que la pintura resbalara como suele hacerlo sobre imprimaciones convencionales.

El segundo trabajo de modelos me lo planteé como algo más figurativo, donde debía esforzarme en sacarle el mayor partido posible a la figura. Con la perspectiva del tiempo, le veo algunos fallos en el movimiento del brazo y de proporción. 
Cuando estaba metida en la obra, después de muchas horas mirándola sin pensar en otras alternativas, no fui capaz de fijarme en estos fallos. Y es que a veces es mejor aparcar un poco el trabajo y retomarlo después de un tiempo, cuando ya te has olvidado de la imagen inicial que tenías en tu mente, para verlo de forma más objetiva y poder corregir tus fallos.
El fondo, una añadidura mía, tiene su razón en que la figura claramente mira algo. Algo que cuando el fondo estaba blanco no se sabía qué era, y probablemente podría haberle sacado algo de partido a esa incógnita. Sin embargo, preferí colocarle ese fondo que, como bien dijo el profesor, recuerda en cromatismo a Eduard Munch.


Creo que viendo este tercer trabajo, no se puede negar que ha habido una clara evolución. Y es que el trabajo se refleja. Como me pasó en el primero, el fondo no lo he podido trabajar mucho, pero si nos fijamos en la figura, creo que el resultado no es para nada negativo. Observo que tengo algunas dificultades a la hora de trabajar el pelo, pero es algo muy complicado, así que supongo que con el tiempo podré conseguirlo. 
En la cara también veo algunas luces que no terminan de cuadrar, pero, en general, estoy contenta con el resultado.

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